Reflexión
y Sufrimiento
¿Aún
insistes en hacer el problema de los otros tuyos? Debes entender el sufrimiento
del otro, no dejarte llevar por el. No olvides que dar es lo mismo que recibir,
no esperes recibir el mismo amor y afecto que das, ¿o acaso quieres que te
devuelvan un regalo que diste con cariño?
Si es
por una mujer tu malestar, recuerda lo que nos enseñaron:
“Son felices los que no tienen nada, pues
lo que no tienen nada han alcanzado el más alto conocimiento. Mira como sufre
el que tiene algo. El hombre tiene encadenada la mente a otro hombre” (en
este caso mujer)”.
Te
perturba no saber que tiene, el sufrimiento que la atormenta, pero deja ir, son
sus problemas, no tuyos, no sirves de nada si sufres con ella, ¿no crees que es
mejor ayudarla con una mente calmada y enfocada? Piensa en cómo ayudarla a
sacarla de su sufrimiento.
Después
de mi meditación entendí, que debo evitar que el sufrimiento de otros me afecte
y lastime, si he de ayudarla, que sea brindando amor, generada de la compasión
y la comprensión, pero más que nada, debo respetar su deseo de soledad, nadie
más que ella misma debe levantarse del hueco en el que se ha metido, no se
puede ayudar a quien no pide auxilio. Entendí que este sentimiento aún genera
apego, y este apego algún tipo de posesión.
Ella es
libre, no debo atarla.
Cuando
uno es libre, es feliz.
El amor
es libertad.
Prometí
hacerla feliz…
F. Lenz
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